
Un movimiento de hacer discípulos sano es impulsado por una base fuerte de líderes laicos. Los seguidores de Jesús reconocen que, si ellos van a alcanzar a su propia cultura con el Evangelio, ellos deben de ser los que lleven la batuta personalmente. Les requiere tomar iniciativa y no esperar a que un clero profesional surja o que haga todo el trabajo.
Querido Dios, te suplicamos que levantes un grupo de líderes laicos fuertes para el pueblo de los sylhetíes, que te sirvan apasionadamente sin tener en cuenta la paga, puesto o título. Que su servicio a ti sea una ofrenda fragante a tus ojos.
Hechos 6:3. Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad.